Há uma América a nossa espera: a nossa América. A cada um de nós ela se revelará distintamente. E a muitos aparecerá como a Pablo Neruda, em forma de oração:
"AMÉRICA, no invoco tu nombre en vano.Cuando sujeto al corazón la espada,
cuando aguanto en el alma la gotera,
cuando por las ventanas
un nuevo día tuyo me penetra,
soy y estoy en la luz que me produce,
vivo en la sombra que me determina,
duermo y despierto en tu esencial aurora
dulce com las uvas, y terrible,
conductor del azúcar y el castigo,
empapado en esperma de tu especie,
amamantado en sangre de tu herencia".
QUEIROZ, Maria José de. Presença da literatura hispano-americana. Belo Horizonte: Imprensa/Publicações, 1971. p. 23.
Nenhum comentário:
Postar um comentário
Deixe aqui o seu comentário: